viernes, 10 de septiembre de 2010

El reposo del guitarrista


Esta nota, ha sido escrita en homenaje a un gran amigo pero deseo hacerlo extensivo —y creo oportuna la ocasión— a todos los músicos desconocidos, especialmente a los guitarristas, los que no grabaron un disco o no figuraron en los medios, pero que en estas cinco últimas décadas, nos han hecho disfrutar de buena música ¿quién no conoce alguno? Gracias a todos ellos.

Emilio como cualquiera de los jóvenes nacidos en el segundo lustro de la década de los cuarenta había pasado horas escuchando rocanrol desde mediados de los cincuenta. Los dos últimos años había puesto especial atención en las clases de guitarra de la estudiantina del colegio, descuidando los demás cursos y poniendo en riesgo la aprobación del año escolar. En pleno 1963, los Beatles empezaban a sonar en la radio y, ya desde hace tres años antes, muchos chicos sólo querían tocar los éxitos de Los Ventures (Walk, don’t run), “sacar” temas como “Apache” o el “Satánico Dr. No”, tener una guitarra eléctrica y llegar a ser un rocanrolero famoso ¿Porqué no? Sus continuas presentaciones en las actuaciones del colegio —las que compartí— le habían dado cierta soltura y todo era posible.
* * * *
“Después de vender bizcochos, postres y bebidas en el colegio las alumnas de los últimos años inventaron las funciones matinales, una mejor oportunidad para reunir fondos para la fiesta de promoción. En un principio, sólo se proyectaba una película de las llamadas “juveniles”, más adelante, las chicas quisieron incluir la actuación de un “nuevaolero” en el intermedio de la proyección. No bien descubierta esta actividad, y como siempre ocurre en nuestro medio, aparecieron los seudo empresarios y promotores de matinales que ofrecían el cielo y sus estrellas al alumnado pero sin ninguna garantía…” (1)
* * * *

Su primer contacto con la guitarra eléctrica la tuvo gracias a la invitación de un compañero de salón de apellido Tanaka. Tenía en su casa de la avenida Javier Prado una deslumbrante guitarra y un potente amplificador, ambos Fender, y el “chino” quería que la pruebe y de paso que le enseñe unos acordes. La experiencia fue increíble, inolvidable. Ese año ’63 puso empeño en los estudios y aprobó el año haciendo que su papá cumpla con la promesa de comprarle una guitarra en la casa “Sterling”: una Eco de cuatro micros y un mini amplificador que apenas llegaba a los 35 cm de altura.
Por esos días Emilio vivía en la cuadra dos de jirón Puno y estaba cerca de los cines del centro, principales escenarios de las primeras matinales, fue entonces que conoció a un promotor de dudosa seriedad, que a la vez de hacer de empresario, vendedor, publicista y animador; mostraba también “su lado noble” dando oportunidad a los nuevos valores a quienes, la mitad de veces, pagaba sólo una pequeña parte de lo pactado, y la otra mitad, simplemente no les pagaba ni un morlaco. En muchas oportunidades aquel promotor fue a casa de Emilio a pedirle que lo salve de un aprieto.


—¡Saca tu guitarra y vamos! Ya falta poco para el corte-intermedio y los cantantes no llegan ¡por favor tienes que cantar!
No fueron pocas las veces que se le vio a Emilio por el jirón de La Unión llegando a la carrera, con su guitarra y amplificador a cuestas, minutos antes del corte.
—Tenemos que hacer tiempo mientras llega algún cantante —le suplicaba el promotor, refiriéndose a los “nuevaoleros” prometidos.

Lo positivo de aquella experiencia fue que, en los albores de las matinales, Emilio logró hacer muchas presentaciones en los cines Excelsior, Tauro, Lido y Tacna que le permitieron estructurar un aceptable repertorio de rocanrol en el que destacaba una versión en castellano del clásico de los Drifters “Honey Money”, y a la vez, aplastar el nefasto bicho del pánico escénico.

Más adelante, muchos músicos jóvenes llegaban a la “Casa Manturana” para probar los nuevos instrumentos ante el agrado del administrador. Fue allí que fueron convocados Emilio Riega, primera guitarra; Pedro Pajuelo, segunda guitarra; Alex Nathanson, bajo y Steve, cuyo apellido el tiempo no permite recordar, en la batería para conformar Los Fourmants que tuvieron gran actividad entre los años ’64-’65, alternando con grupos como los Crickets, los Dreams, los Saicos, los Steivos y muchos otros.
Los Fourmants se desintegraron y sus miembros siguieron diferentes rumbos. Emilio hizo una audición de prueba con Pico Ego Aguirre y luego se presentó la oportunidad de grabar algunos “jingles” en el estudio de Pedrín Chispa. Después de esa experiencia integraría los Pick Pockets cuando las matinales se habían generalizado en todo Lima, actuando, en cuanta matinal el cuerpo pudiera aguantar. Jean Paul, con quien tenía gran amistad lo invitó a que lo acompañe en sus actuaciones privadas —en las matinales cantaba con playback— a condición de que termine con su apariencia de rocanrolero de los 50s y se deje crecer el pelo “para que seas un verdadero troglodita” —le pidió el cantante. Entre los años ’65-’66 acompañó con regular frecuencia al “Troglodita” ante artistas, modelos, empresarios y militares en residencias, night clubs y hoteles en la época que el único estimulo, todavía era, unos tragos de ron Cartavio o Pomalca dispensada por “la chata”, fiel y discreta compañera muy bien disimulada en un bolsillo. Por esos mismos días, integró los Blue Angels antes que Los Doltons, los Shain’s, Los York’s y Los Belking’s acaparen la popularidad, luego, las matinales entrarían en su etapa de declive. Con los Blue Angels también hizo una temporada en la Grutta Azurra cuando Lima vivía la última etapa de su esplendorosa vida nocturna: la de plumas y lentejuelas, de rumbas y mambos, de martinis, capitanes y chilcanos de pisco. La de activos centros como el Embassy, el Negro Negro, el Pigalle y el Tabaris con la gran vedette Betty di Roma como figura estelar. Luego, Emilio se retiró para iniciar sus estudios en Bellas Artes. Los demás integrantes, la mayoría de Pueblo Libre, darían nacimiento a los Sherman y, por esos días, en el ambiente limeño, se iniciaría el auge de los “tonos psicodélicos”.
* * * *

“La voracidad de algunos empresarios sin escrúpulos, en desmedro de los artistas y alumnos de las promociones, pronto despojó a las matinales de su “atractivo” como un negocio rentable. Ya en estado grave, el desenfreno de algunos imberbes revoltosos con los “chicotes cruzados”, alejaron al público y decretaron el fin de las matinales antes que cualquier prohibición, hasta ahora, no probada. Las promociones de los colegios giraron hacia las fiestas sociales amenizadas con orquestas, como las organizadas en los Clubs Departamentales, que aseguraban una mayor rentabilidad y control…” (2)
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A fines de los sesentas además de compartir la bohemia limeña bajo la seducción de las noches de pistas convertidas en espejos por la garúa, tuvimos la oportunidad de trabajar juntos como dibujantes en la editorial propiedad del abuelo de la hoy campeona “Kina” Malpartida, hasta que él, inició su trabajo como caligrafo, y yo, empecé mi gira por las agencias de publicidad.
Emilio estuvo retirado de la música por casi treinta años, hasta el 2000 cuando decidió conformar con un grupo de músicos, que incluía a su hijo Jesús, la banda “Feeling” para hacer covers de rock de todas las épocas. Después de una audición de prueba en el pub “Deja Vu” fue contratado como grupo estable y en donde, en poco tiempo, logró construir una estrecha relación con los asiduos clientes que semana a semana concurrían a escucharlos. El éxito del grupo residió en la cuidadosa selección del los temas y la sobriedad en sus interpretaciones. Cuando el local cambió de nombre a “Oita Nomá” se les renovó la confianza: “mientras haya una cantidad de público estable, ustedes tendrán trabajo estable” —les dijo el dueño. Llevaban tocando más de cuatro años y todo parecía ir de maravilla. Pero los que hemos recorrido intensamente un buen trecho del camino sabemos que la vida, en cualquier momento, te da sorpresas.

Me alegra que a pesar del tiempo transcurrido y las dificultades, Emilio no haya perdido su esencia rocanrolera, la rebeldía de aquellos tiempos, el humor, esa ironía punzante; sobre todo cuando conversamos de la época del “Be-bop-a-lula” o de nuestros “Días de colegio” y la beatlemanía. Una sonrisa ilumina su rostro y como si estuviera en el Excelsior frente al público toca una guitarra imaginaria y tararea “Honey Money”. También se entusiasma al hablar de sus gustos musicales y de su admiración por Carlos Hayre, Richie Zellon y Miki Gonzáles a quienes considera innovadores de la música peruana.
Ahora, Emilio esta empeñado en escribir un libro sobre los Niños-Amor que no trata de los hijos de los Hippies, de los miembros de Los Hijos de Dios, o algo por el estilo, más bien, trata sobre los efectos en el desarrollo de las personas, del amor recibido por los niños entre cero a cinco años. Está muy entusiasmado con la idea y lo ha asumido como su principal tarea pendiente. Ese entusiasmo por su proyecto y la gratitud hacia la vida que demuestra a cada instante con la alegría y la paz que irradia su ser, es increíble. Estoy seguro que el accidente que hoy le impide caminar, es para Emilio, sólo un descanso temporal: su alma no ha perdido la sonrisa, sus manos siguen tocando, sus ideas no han dejado de correr.


Foto 1: Gene Vincent & Blue Caps, John, Paul and Vincent en La Caverna, Beatles.
Foto 2: Los Doltons, Los Shain’s, Los Belking’s.
Foto 3: Duane Eddy, Los Ventures. Telegraph Avenue: las matinales cedieron ante los “tonos psicodélicos”.
Foto 4: El maestro Carlos Hayre, Richie Zellon, Miki Gonzáles.
(1) (2) Antonio Ruiz F., “Las Matinales de los 60s”, manuscrito no publicado, Miraflores, Lima, 1982.

lunes, 9 de agosto de 2010

Pretty Things

Fue un encuentro casual con un viejo amigo el que devolvió a Tomy al ambiente del rock. Raúl había tocado batería en «Black Roots» en los primeros años 70s, estaba tocando nuevamente y ahora había detenido su auto para invitarlo a escuchar a «Foxy Lady» el sábado siguiente (…) en la cuadra seis de José Gálvez…
Siempre había sido así, cada cierto tiempo se encontraba con amigos músicos que le contaban sobre las clases particulares que dictaban, que estaban tocando otro género de música, que habían grabado «hasta jingles» o (…). En este caso, Raúl le confió la necesidad que tenía de trabajar, la formación de un nuevo grupo y la temporada que ya habían iniciado a la cual estaba invitado.
—Tu sabes, ¡Chamba es chamba! «cuñao». —le había dicho.
… El fogueo adquirido en largas caminatas nocturnas por el puerto no le permitía coincidir con muchos que calificaban a esa zona como «picante». Pese a eso, dio unas vueltas por las calles aledañas y una vecina del barrio, toda ricotona ella, con el comprensible recelo le hizo saber el lugar exacto de las fiestas y señas de la música que allí se escuchaba.

—Tocan música disco…«música loca» que le dicen ¡ja, ja, ja!.
… Estaba oscureciendo, eran las 6:30 p. m., la hora en que todos los gatos son pardos, pero, aún así, pudo advertir que las chicas que llegaban, lucían como cadáveres dark retocados para el velorio. Patéticas. Aumentaban los curiosos en la puerta, y adentro, se escuchaba el monótono ritmo de la «música disco». Pagó su entrada e ingresó…
… La iluminación se acercaba más a la usada en los bares de segundo nivel del barrio rojo del Callao lo que le daba un aire clandestino, pecaminoso. El techo era tan alto y oscuro que hacía pensar que estaba sucio y podía albergar murciélagos y fantasmas. (…) Cuando se le cruzó Néstor, un viejo amigo, bajista con mucha experiencia.
—¡Hey compadre! ¡a los tiempos! —saludó Tomy y se abrazaron palmoteándose— ¿no me digas que vas a tocar?
—¡No!, quiero ver cómo están tocando estos locos. «Peluca» y Arturo llamaron a Raúl y están de nuevo juntos —exclamó Néstor con su típica expresión de alarma.
—Buen equipo… se han preocupado —dijo Tomy, turbado por el volumen de la música— ¡van a tocar dos grupos… y debe sonar bien ¿no?! —agregó, alzando la voz.
—Ah sí, en ese sentido Carla, la productora, es ¡exigente y muy detallista… hasta en el repertorio! —enfatizó Néstor— pero vamos a tomar una cerveza porque aquí no se puede conversar —sugirió.
Subieron al mezanine, se sentaron y pidieron un par de cervezas Cuzqueña. Abajo, la masa entregada al baile latía cadenciosamente al compás machacón de la «disco music» en medio del calor insoportable y un espeso humo de tabaco. Atrás, las parejas seguían besuqueándose.

…Después de quince minutos de intermedio, la voz misteriosa de «Producciones Mandarina» anunció al grupo estelar de la noche: ¡Foxy Lady!, el cual irrumpió con el tema homónimo de Hendrix que les sirvió para calentarse y, entusiasmar al público. El sonido era perfecto, y el look espectacular (…) El grupo continuó con «Looking for a Kiss» de New York Dolls, «Honey I Need» de Pretty Thing, «Metal Guru» de T. Rex, (…) y una serie de temas más. La gente estaba excitada y ahora había un olor a… era el final y todo el mundo buscó la salida.
—¡Qué bacán! —exclamó Tomy— loquísimo, como para filmarlo ¿no?.
—¡Loquísima dirás! —musitó Néstor— un show en una cápsula muy lejos de todo —agregó.
Pero afuera, en las calles el show de la vida continuaba. En la ciudad los típicos bellacos y malandros adoradores de Lavoe, seguían sembrados en las esquinas, asolapados en la oscuridad, esperando su oportunidad para birlar algo…

Extracto de: “La Mandarina Mecánica”, (1981).

Estamos renaciendo (Hace 36 años)

La Tercera Generación (1)
Green-Go-Home.- Los músicos que siguieron a la “Nueva ola de los 60’s y a los “elaborados” de los 70’s no alcanzaron la evolución necesaria que les permitiera superar los patrones primitivos propios de las primeras etapas y siguieron cantando en inglés.
Es posible que todavía haya quienes se disfracen como David Lee Roth, griten como Brian Johnson, quieran tocar a lp Jimmy Page o presentar un show a lo Queen pero les puedo asegurar que eso no funciona más.
A la tercera va… .-A estas alturas podemos asegurar que existe un cálido resurgir de la actividad local. La entrecortada y frustrada serie de intentos ha hecho imposible que el rock nacional capte la atención del público por la inexistencia de una propuesta válida. Al parecer, la obra realizada por Frágil, Sudamérica y Canto Rodado inspiró a una camada de músicos y a partir de allí se gestó lo que hoy se ha dado por llamar la “Tercera Generación” de conjuntos peruanos. Praxis, Fuga Kotosh, Arteria, Fogata, Cimiento, Abiosis, Soljani, Óxido, Temporal, Post Nubila, Leuzemia, Ónix y los ZZZ, son sólo algunos nombres en este contingente de talentos de este renacer. TV-Color aparece, aunque no ligado pero sí paralelo, como el adalid de esta valiente generación.


Limonada.- Estas líneas con su jugo agrio o dulce —según sea el caso— difundirá lo bueno, lo malo, lo bello… y lo feo de este intento pero no se hará cómplice de actitudes demagógicas o excesos dialécticos. Desde hoy pues, este “Limón” para vosotros… los valientes.
Laghonia
Haz el amor… .-Tan peligrosa es la desinformación como la mala interpretación de la información recibida. Esto parece ser la causa de una peligrosa guerra entre músicos desatada en una especie de “encuentro luminoso” que puede destruir lo recién empezado. Lo productivo es que los músicos que creen valiosa su propuesta por auténtica y original se entreguen febrilmente al trabajo organizado y persistente en vez de malgastar energía tratando de pisotear cabezas o emprendiendo cruzadas estériles.

Margen Urbano (2)


El movimiento subterráneo ha sido el elemento principal del que se nutrió el rock en todas partes. Los principales grupos surgieron en el barrio, conquistaron poco a poco las audiencias locales y alcanzaron la popularidad antes de pisar una sala de grabaciones.
Aquí, los Saicos fueron el primer grupo que presentó temas propios en español. Con su estilo rústico y agresivo (¿punks?) llegaron a popularizar ampliamente sustemas “Demolición” y “Cementerio” en las históricas matinales de los 60s, sus fans empezaron a solicitarlos en las tiendas de discos y el interés de las grabadoras no se hizo esperar.
Enfermedad
Cuando los Doltons y los Shain’s acaparaban las audiencias como grupos “oficialmente establecidos”, Los Yorks empiezan a ganar adeptos con versiones en castellano de temas de los Rolling Stones en festivales escolares y bailes rockeros de los sectores del Rímac y La victoria. Su espectacular show lleno de colorido y violencia llegó a imponerse finalmente con el tema “Abrázame”. Dos Lp para Mag y el “Ritmo y sentimiento” para Virrey fueron los testimonios discográficos de los cuestionados Yorks.
Onda Neta
Menor popularidad pero mayor trascendencia musical tuvieron La Nueva Cosecha, La Factoría del Emperador y los Lovos que lamentablemente no llegaron a grabar discos.
Subterráneo
Con Lps en su haber, El Polen (2), New Juggler Sound (2), Telegraph Av. (2), Traffic Sound (2); tuvieron igual trayectoria del barrio a las grandes audiencias.
Black Sugar, Pax y El Álamo llegaron a grabar Lps con distinta suerte e importancia. Beatiful Day, Image, Corpus y La Semilla apenas dejaron grabados un sencillo cada uno.
Patas Capos
Sería injusto dejar de destacar en este rápido recuento a cuatro grandes grupos peruanos respetadísimos por los que tuvimos el privilegio —realmente— de escucharlos: Los Mads, Dr. Wheat, El Ayllu y, Stone Free Company, que si bien no dejaron placas ni alcanzaron una difusión masiva, su excepcional calidad no admitió discusiones.

Reencuentros

La Nueva Cosecha (3), Leuzemia

Enrique EgoAguirre exlíder de los Shain’s, el conjunto peruano de mayor actividad a lo largo de la segunda mitad de la década de los 60s, desempeña un papel importante en el rock local de los 80s desde su programa “Reencuentros con el Rock Peruano” que se emite los lunes, miércoles y viernes a las 12 de la noche en Radio Miraflores A.M. En él se difunde junto a grupos iberoamericanos y trabajos de los rockeros peruanos de los 60’s y 70’, grabaciones de la Tercera Generación de músicos peruanos. Entre éstos últimos destacan Fogata, Oxido, Arteria, Fuga, For Sale, Espectro y el nuevo Relax.
Así también se dejan escuchar grabaciones en directo de los conciertos locales destacándose la revelación subterránea de la urbe limeña, los convocadores: LEUZEMIA.

(1) De: “Son”, noticiero musical, N° 3, julio, 1984, Lima, columna “Limón Rock”.
(2) De: “Son”, noticiero musical, N° 4, setiembre, 1984, Lima, columna “Limón Rock”.
(3) De: "Only Sixties"

Bienvenido a las calles


Decían algo extraño y no lo podía entender. Era como un diálogo en clave. Al principio le pareció que era sólo entre algunos y que debía ser importante o terrible porque generaba reacciones, a veces violentas.
Desde los primeros días de colegio, había llamado su atención pero ese primer año hubo tantas cosas nuevas y sorprendentes (…) había chicos mayores y más avispados que estaban siempre buscando la oportunidad de molestar. En fin, era el costo a pagar por provenir de una familia conservadora (…) y que vivía en un barrio tranquilo. Al año siguiente se decidió por investigar y los resultados no fueron precisamente agradables.
…Ante la provocación de los abusivos, algunos chicos reaccionaban pronunciando unas palabras que no había podido determinar pero que disuadían efectivamente a los cargosos. (…) le había parecido que sólo se trataba de mover los labios y levantar el dedo índice. (…) Estaba preparado para repeler el próximo intento de atropello, y sin saberlo, para aprender que la vida siempre le daría sorpresas.
…En el patio, un grandulón se le acerco sigilosamente por atrás y le golpeo la oreja (…) que lo hizo girar violentamente, Tomy lo miró fijamente y levantando el dedo índice gesticuló la amedrentadora sentencia. Inesperadamente, el agresor golpeándole el pecho lo tomó bruscamente de la ropa.
—¡Retírala! —dijo enojado el grandulón zamaqueando a un desconcertado Tomy que no atinaba a nada.
En ese momento, Tomy recordó el consejo de su padre “Cuando te encuentres en apuros, por más difícil que te parezca la situación, tu tienes que estar seguro que todo va a pasar y que vas a estar bien, no tengas miedo sólo resiste”
… Lucho Tarazona quien interponiendo su brazo y tomando del hombro al agresor, colocó su codo en el cuello de éste dirigiéndose, simultáneamente, a Tomy:
—¡Dile te la retiro! —gritó Lucho presionando con su codo la
garganta del agresor que ahora ponía cara de agredido, mientras que otros circundantes repetían también: ¡Dile te la retiro!.
—¡Te la retiro! —dijo por fin Tomy que se vio liberado sin
entender todavía lo que había sucedido y ante las amenazas que profería el grandulón al retirarse.
…Ese día, Tomy aprendió sin darse cuenta y como cualquier chico a «mentar la madre» en la calle pero también aprendió que eso no era suficiente, no bastaba para defenderse.


En su diario recorrido de vuelta a casa (…) decidieron transmitirse, entre todos, algunas técnicas de defensa y ataque en especial a Tomy que sólo contaba como arma: una deficiente «mentada de madre». Mendoza enseñó a lanzar los temidos puntapiés a la canilla aprovechando la dureza de la suela y el buen cuero de los zapatos de la época (…). Tarazona, enseñó a cabecear sin que le duela la cabeza al cabeceador y a «madrugar» al contrario (…). Por su parte Arakaki, le enseño a liberarse de su eventual rival en todos los casos; a rodar en las caídas y ponerse de pie como un gato.
—No es difícil, sólo tienes que usar la fuerza de tu rival. Vamos a practicar todos los días y verás —aconsejó su amigo el «ponja».
El celo extremo en el hogar, sin darle la oportunidad de jugar con los chicos del barrio, le había creado ese déficit que ahora se veía obligado a cubrir con ese curso acelerado de actualización al paso.
Pero el recorrido de todos los días no era solo dedicado al entrenamiento guerrero, también había exploración y juego (…). Aunque a menudo se metían en problemas, eso era parte del aprendizaje. Las tensas relaciones en medio del calor del juego de las canicas, el trompo y el f'útbol a través del camino, en el que los infaltables tramposos o «picones» muy a menudo provocaban conflictos que servirían para templar el carácter, perder el miedo y a la larga, caminar tranquilo por las peligrosas calles de la gran ciudad…
Sin calle, veinticinco años después, en carnavales un palomilla de edificio tira un globo con agua desde la ventana y lo celebra sólo o a veces con la empleada. En soledad. Una de las tantas miserias de lo que llaman modernidad.

Extracto de: “La Escuela de la Calle”, (1985)

jueves, 3 de junio de 2010

El alma de la fiesta está presente


Cuando me enteré lo de Raúl me dispuse escribir algo y empecé a recordar aquellos bellos momentos. No pude mover ni un dedo. Concurrieron hacia mi imágenes nítidas, me sentí nuevamente en medio de todos esos pelilargos con sus camisas bordadas por sus mamachas, ellas con sus túnicas pintadas a mano y aplicaciones artesanales, me sentí otra vez envuelto en la calidez de una fiesta vecinal, en un concierto de El Polen. Cualquier historia, por mejor escrita que esté, nunca será suficiente para decir con justicia todo acerca de lo que realmente significa el grupo. El Polen fue —y lo seguirá siendo— un experimento, un taller, una escuela, una comunidad, una cooperativa, una familia, un instituto de investigación, una academia, una experiencia revolucionaria.
Ahora y como siempre.
No solo tornó las matinales, las fiestas y las grabaciones del pasado por los conciertos, como medio de difusión, sino que fue el primero que fusionó en su música los aires andinos, afroperuanos, y hasta caribeños, con el rock. En algunos conciertos, como los del festival de arte total “Contacta” o en el estadio de Magdalena; una vez apagadas las luces del escenario y levantado el equipo por el proveedor de turno, el público no se retiraba, entonces El Polen, mostrando ese amor por su música y las inmensas ganas de brindarla, en un adelanto del unpluged, agasajaba a sus invitados deleitándolos con su música y canciones en un fin de fiesta hasta casi el amanecer.

Artífices del Polen
Al no ser un típico grupo de rock sus presentaciones tanpoco lo fueron. El Polen tuvo la virtud de interpretar y poder representar en sus conciertos, la natural alegría de los pueblitos andinos y transformarlos en jarana de Malambo, en fiesta popular sin dejar nunca de ser rock. De trasladar —en un acto subversivo— esa deliciosa festividad pueblerina, ‘del campo a la ciudad’.

viernes, 28 de mayo de 2010

Rock and roll y Pandillas

Al hablar de los grupos juveniles en Lima es preciso diferenciar a los clubs de fans o los de rocanroleros de fines de los cincuenta; las pandillas de principio de los sesenta, algunas de las cuales fueron prolongación de los anteriores clubs; y los clanes post Beatles que se formaron ante el surgimiento, del todavía incomprendido, movimiento hippie.
Alrededor de la común admiración por un cantante de rock and roll, los chicos de un club de fans, se reunían en el patio, jardín o garaje de la casa de uno de ellos para escuchar la música y hablar de su ídolo; para practicar el nuevo ritmo o simplemente para estar juntos, para andar entre jóvenes. Vestían pantalones muy ceñidos, ‘al cuete’, lo suficiente altos como para dejar ver los calcetines de vivos colores, por lo general, todos con camisas de un mismo color y peinados con un gran tupé que aquí se le llamó ‘montaña’ o ‘Tony’. Eran ejemplo de niños buenos y limpiecitos como los de una típica familia decente, imagen que la american way of life se había empeñado por difundir en el mundo.
“Las chicas se ponían faldas plisadas a cuadros, chompa cerrada de cuello redondo y otra abierta con grandes botones, generalmente ambas eran del mismo color; medias cortas conocidas como ‘cubanas’; zapatos chatos y el cerquillo sobre la frente (…) Con esas pintas, surgen los clubes de rock and roll, en varios distritos de Lima… Las manchas de rocanroleros eran una realidad (…) El siguiente paso (y no de baile) fue el ‘bautizo público’ de las pandillas limeñas, ‘Los Bucaneros’ de San Isidro, ‘Los Tabacos Negros’, de Barranco, ‘Los Zoquis’ de Lince, etc.” (1). Otras pandillas famosas fueron ‘Los Gatopardos’ de Miraflores y ‘Los Tramposos’ de Magdalena.
Las pandillas de rocanroleros se formaron inspiradas en la imagen de los teddy boys difundida por el cine, eran admiradores de Elvis Presley, Bill Haley; los blue jeans, la casaca de cuero y la brillantina. Su preocupación era verse y actuar como un rocanrolero, lucirse y, su principal ocupación; estar parados en la esquina bromeando, ‘ciriando’ a las chicas y fastidiando a los transeúntes; al decir de ellos, pasándola bien.
Sin embargo, hubo un grupo de ellos que se tomaron a pecho lo de la rebeldía y la violencia, se aburrieron y salieron en motos o autos a buscar la acción que se traducía en buscar la sin razón para luego armar camorra y causar destrozos. La alienación dio para tanto que los que no tenían patillas largas se las pintaban con lápiz de cejas; el único elemento auténtico del rocanrolero limeño fue la conocida picardía criolla pues en la mayoría de casos la bribonada se iniciaba con el tradicional ‘perro muerto’ o ‘cabezazo’, es decir, consumir y luego pretender irse sin pagar.


“…nuestras travesuras no pasaban de molestar un poco a la gente… en realidad éramos tranquilos pero la cosa se fue poniendo brava. Un día, cuatro de esos payasos en moto vinieron y en la esquina, frente a nosotros, en Magdalena, se pusieron a posar como en un desfile de modas… se veían ridículos pasándose el peine por las sienes. Uno de los nuestros les gritó: ¡Buuuh, Rosquetes! Suspendieron su desfile, y se acercaron contoneándose hacia nosotros. Justo ese día Mateo y Héctor, los más experimentados en nuestro grupo no estaban. Los cuatro masticaban chicle grotescamente y el que parecía ser el líder, a la vez, que todos sacaban sendas navajas automáticas, muy cachaciento dijo: ¿qué les pasa a ustedes quieren que los destripemos? La verdad es que nos quedamos paralizados, mudos. Otro de ellos dijo: ¿y ahora, quiénes son los rosquetes...Ah? Guardaron sus navajas, nos dieron la espalda, se dirigieron a sus motos y arrancaron. Fue una humillación muy grande… nadie, nunca lo va poder entender, uno de los nuestros se había ensuciado en los pantalones. Al día siguiente acudimos al zapatero del barrio, él nos ilustró acerca de chavetas y navajas y nos dio un dato. Tres de nosotros fuimos por los alrededores del Parque Universitario y allí por donde se ubicaban las agencias de transporte interprovincial, los comerciantes, entre espejos, máquinas de afeitar, condones y otras chucherías ofrecían las navajas automáticas ‘made in Hong Kong’ que adquirimos inmediatamente. Ya nadie, nunca, volvería a pisotear a ‘Los Corsarios’. Eran hermosas y el llevar una de esas en el bolsillo producía una sensación especial, muy diferente por supuesto, a la que provocaba en la víctima, el ‘clic’ y el brillo de la hoja en la oscuridad de la noche, cuando se la mostraban (…) fue mi compañera inseparable por mucho tiempo, aún después de que ‘Los Cuervos’ se desintegraran… me hacía sentir seguro, aunque ya sólo la usara para pelar manzanas o limpiarme las uñas…” (2).

Si bien es cierto que estos primeros grupos tuvieron al principio un marcado sesgo machista, muy pronto ingresaron chicas muy audaces a sus filas, y algunas de ellas no se contentaron con desempeñar un papel de adorno, participando decididamente en las acciones del grupo.
Las pandillas limeñas de los sesentas fueron hijas deformes de la guerra entre los mods y los rockers ingleses del periodo prebeatle. Por no coincidir las circunstancias de aquel hecho con nuestro escenario socioeconómico y no haber espacio para los dos grupos protagonistas, aquí se perpetró un raro caso de apropiación, se tomó la estética, el narcisismo, la violencia, el anarquismo, las anfetaminas de uno y de otro y se mezcló todo en uno, como si se tratase de un Pisco Sour. A sus miembros, al no albergar dentro de sí un odio tan grande, y ni siquiera existir, un grupo enemigo hacia quien dirigirlo; no les quedó otra cosa por hacer que provocar a quien sea por cualquier motivo.

“…‘La gata’, era una chica de esas conocidas como ‘bala perdida’ que siempre llegaba al barrio en autos muy ruidosos y eso nos causaba bronca; vivía a media cuadra de ‘nuestra esquina’, en la que parábamos. Esa noche, tras el auto que la trajo, aparecieron dos más y bajaron unos tipos que nos gritaron insultos y groserías a las que respondimos en el mismo tono, alertando a los vecinos (…) Para nosotros sólo se trataba de unos ‘niños bien’ que eran ‘pura peliculina’ y como en nuestro grupo habían varios que sabían ‘parar su pleito’, más que bien, no nos inquietamos cuando ellos empezaron a acercase. Lo que no contamos era que iban a sacar cadenas con las que nos atacaron y lo único que nos quedó, fue defendernos como sea con la ayuda de otros muchachos del barrio, de los que hasta ese día, no éramos muy amigos. Los hicimos correr hacia sus autos, que recibieron sus buenas abolladuras, mientras trataban de arrancar. De esa noche, nos quedamos con grandes marcas de los cadenazos recibidos y una cadena perdida por los atacantes, que nunca más volvieron. (…) Días más tarde, decidimos ser pandilla y fundamos ‘Los Duques’; prometimos defender ‘nuestra’ esquina, nuestro barrio Magdalena, nuestras chicas y acordamos ir a la ferretería para comprar las diez primeras cadenas iguales al trofeo, pues, aunque sabíamos aplicar las ‘chalacas’ y manejar muy bien la cabeza como arma de ataque y defensa, había pues, …que ‘modernizarse’…” (3).

En realidad, el miembro de un fan club, pudo ser luego un rocanrolero, después un pandillero y más tarde militante de un clan, antes de llegar a ser un hippie criollo.


“¡Aceitillo, Glostora, Brillantinaaa!... fue un pregón muy popular en los años 50’s por los barrios limeños. Anunciaba a todos, que la conocida figura del hombre del maletín de madera había llegado, y con la ayuda de un frasquito que usaba como medida y de su mini embudo, proveería a sus caseros adultos y jóvenes, de aquellos cosméticos tan apreciados en esos años, además, de la gomina y la vaselina, útiles todos, para lucir un buen peinado, bien armado, duradero y sobre todo brillante, fresco como recién hecho. Los adultos habían sido admiradores de Valentino, Carlos Gardel, Jorge Negrete y todavía conservaban ese estilo; los jóvenes hoy lo eran de Presley, Eddie Cochran, Gene Vincent y querían lucir un impresionante tupé (…) Con el surgimiento de los Beatles, llegaron los cabellos largos y sueltos de una generación que no era muy allegada a la peluquería ni al peine, lo que precipitó la desaparición de ‘El Aceitillero’, ese tradicional personaje de las calles limeñas” (4).

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(1) Jiménez T., Wilfredo (1994) Los Años Sin Cuenta, revista Esquina, Lima, Perú
(2) “Marlo”, 66 años, testigo presencial, identidad reservada. A la muerte de “Cuervo”, miembro de ‘Los Corsarios’, en una de sus granujadas, éstos cambiaron de nombre a “Los Cuervos” e iniciaron una etapa violenta.
(3) “Rolo”, 64 años, ex pandillero, identidad reservada. Según cuenta la leyenda ‘Los Duques’ repelieron los ataques de ‘Los Gitanos’ de Balconcillo-La Victoria, de ‘Los Gatopardos’ de Miraflores y otros más.
(4) Ruiz F., E. Antonio (1981) Tradiciones del siglo XX, manuscrito no publicado. Miraflores, Lima.

martes, 25 de mayo de 2010

Los York's y la enfermedad


…Un grupo de niños con diferentes rasgos, un conjunto de rostros alegres, provenientes de diversas culturas; como una foto sacada de un especial de National Geographic. Los Huamán, Siu, Martinich, Charún, Sakimi, Quispe, Loo, Micheline, Reyes, Arakaki, Tupac, Chong, Polack, Uribe, Tanaka… todos juntos estudiamos, jugamos, despertamos y aprendimos a dar los primeros pasos en la vida, como era usual por entonces, en la escuela primaria…

La beatlemanía provocó la formación de muchos conjuntos en todas las ciudades del mundo y en Lima, después de las experiencias de los primeros grupos que se inclinaron más a la nueva ola, los conjuntos vocales, la música surf e instrumental; empezaron a formarse los primeros conjuntos de rock propiamente dicho, aunque todavía se aceptaba el término pop: la influencia de Bob Dylan “empujó al pop hacia su segunda fase y le cerró el paso al rock and roll” (1). Con los Beatles en el tope, todavía siguió predominando en el público limeño el gusto por la balada y artistas como Leonardo Favio y Roberto Carlos.
Es a partir de la “primera invasión inglesa”, que permitió conocer una variedad infinita de estilos y sonidos, cuando se acrecienta el interés por formar bandas. Es así que empiezan aparecer en todos los distritos limeños, conjuntos que ya mostraban su preferencia por un determinado estilo. Uno de esos grupos fueron Los York’s. Ese interés, estuvo marcado por ciertos factores: mientras que en los barrios pudientes gustaban de la música surf y tuvieron a la mano la información al día y los recursos técnicos; en los barrios populares preferían el rock duro, el sentir interpretativo y se tuvo que recurrir a la creatividad para suplir la falta de información y los escasos recursos técnicos: pronto en Jr. Paruro, los artistas del ‘pichicateo’(2), empezarían a construir las primeras grandes cajas acústicas que se usaron en las matinales, también guitarras eléctricas y amplificadores, luego vendrían los efectos artesanales o de la reconocida tecnología TIIP (técnica informal del ingenio peruano).
Además de ser capaces de montar un espectáculo de rock atractivo, potente y provocativo, Los York’s fueron el grupo que supo acertar con los ingredientes musicales, que el público joven de entonces (1966) deseaba ver reunidos en un acto, porque los miembros del grupo, tenían los gustos de un fan común y corriente. Después de “Ruber Soul” y “Revolver” de los Beatles, el fan informado sabía (siempre encuentra la forma de estarlo) que existían grupos como Blues Magoos, Troggs, Pretty Things, The Seeds, The Zombies, Count Five, Electric Prunes, Them…(3) además, de los conocidos Kinks, Who, Animals, Yardbirds y Dave Clark Five, pero el disfrute de esos sonidos y estilos era frustrado por la no publicación y difusión de ese material en nuestro medio.
Es decir, Los York’s ante las expectativas de los fans que casi siempre difieren de los mandatos de las disqueras y la radio surgieron en el momento preciso como un paliativo, para esa carencia, pero con efectos que nadie pudo predecir. Pero existe otro factor, quizá el más importante. Hablando de ingredientes y reuniones, además de representar sobre el escenario el frenetismo, la rebeldía y el descaro de aquellos jóvenes, Los York’s reflejaron tal vez —a diferencia de similares intentos— la imagen, cada vez más dibujada, de nuestra ahora tan mentada multiculturalidad y allí, residió quizá, el verdadero motivo de su amplia llegada a sectores populares de todo el país, más que en el número de patadas y roturas en cada concierto.

Tuve la oportunidad de ver a los York’s en sus inicios (‘67) cuando por la radio se anunció la inauguración del club “La Caverna” en el sótano del edificio de la esquina de Carabaya y Puno en el centro de Lima. A la entrada en la vitrina del local (antes había sido un night-club) se destacaba al lado de una foto de Los York’s, su 45 rpm “Vete al infierno” que ya sonaba en la radio (4); y en el interior, las paredes y el techo habían sido convenientemente decorados con textura rocosa y estalactitas incluidas. El grupo lo conformaban Román Palacios en la primera guitarra, Walter Paz en la segunda guitarra, Pepe Olivera en el bajo, Pablo Luna, vocalista y Pacho Aguilar en los tambores. La mancha habitual en los eventos rock concurrió en pleno y pudo disfrutar de un grupo simple, rudo, pero franco y que ya mostraba rasgos de su desfachatez. Todas las veces que pude concurrir, los asistentes rebasaron la capacidad del club y muchos quedaron afuera. Más adelante, ya con Jesús Vílchez en el bajo se fueron convirtiendo en infaltables en cada matinal.

“…En muchos casos, las chicas asistían a las matinales en compañía de un familiar —el cine era el lugar ideal para una cita con el enamorado no consentido—. La visión de la película transcurrió con normalidad hasta casi la mitad de la misma, cuando empezaron a silbar y golpear con los pies en mezanine para que corten la película y empiece el show, lo que finalmente ocurrió. El ambiente se notaba algo caldeado y empezaron, con visible prisa, a desfilar uno a uno los conjuntos hasta que les llegó el turno a Los York’s. Ya por la segunda canción, el cine estaba convertido en un loquerío. El público se había volcado al pie del escenario para bailar. A mi izquierda dos chicos con pinta de debutantes se habían puesto de pie sin atinar siquiera a menearse y miraban boquiabiertos el violento accionar del grupo con un Pablo Luna que señalando un sector de la platea gritaba:
—¡Mira tu! Provocando que las adolescentes ubicadas en ese punto lanzaran ensordecedores chillidos.
—¡Siéntate! Le dice a su hija, la señora de la fila de adelante tapándole la boca a la vez que la jala hacia la butaca; voltea y toma de la cintura a la amiga de su hija que mueve con violencia la cabeza revoloteando sus cabellos —¡Sien-ta-te!—, repite.
—¡Mira tu!

Arriba, recorriendo el escenario, el vocalista sigue hurgando al público con un dedo acusador, amenazándolo, retándolo; mientras el quinteto en pleno, retroalimentado por el ardor de la audiencia acelera la acción como deseando precipitar el clímax. A mi derecha, dos chicas entre asustadas y molestas encaran a sus enamorados que abstraídos por la música se contornean obscenamente:
—¡Ustedes no nos dijeron que era así!
En la fila de adelante la señora resignada ante el fracaso en sus intentos por calmar a las niñas, decide sentarse y cruzada de brazos se limita a ver horrorizada —negándose a creerlo— cómo en los pasillos, chicos y chicas, van cayendo presas de la ‘enfermedad’ y… ante los graves problemas de visibilidad tengo que ingeniármela para llegar adelante y no perderme lo mejor… el final…”
(5).

En las calles de Lima, en la comunicación entre los jóvenes, especialmente de los barrios llamados populosos y en un territorio amplio que comprendía a las unidades vecinales y barrios obreros de toda la capital, los jóvenes fueron creando una jerga que se fue difundiendo a través de los colegios, matinales, fiestas y clanes pero fundamentalmente, en la esquina del barrio. En un principio Los York’s y los Shain’s fueron los representantes de la “enfermedad” y el “ritmazo” respectivamente; términos creados por los fans para definir el estilo de estos grupos en los que encontraban cierta afinidad con el sonido de los grupos ingleses y del garage norteamericano, antes mencionados, que tanto les gustaban (6) y, para diferenciarlo de la otra música, la ‘fresa’ que les gustaba a los ‘farucos’ (monses, quedados). Otro término muy popular, entre muchos, que es importante mencionar es “neto(a)” que significaba buenazo, bacán, paja; sincero, auténtico. Quizá el cambio de personal, así como de horizontes musicales en Los Shain’s, ayudaría a dejar el camino libre a Los York’s, llevando al público a erigir la música del grupo como la “onda neta”.
Ya entre 1968-69, tuve la oportunidad de seguir sus actuaciones en las temporadas que organizaron ellos mismos en “El Arca de Noé” de Breña y en el “28 de Julio 2001” de La Victoria, cuando en Lima sólo se hablaba de psicodelia. Los dos Lp grabados, un mejor equipo y una técnica más acabada, había dotado al grupo de una soltura que se hacía notoria en el desarrollo de su show. Pasaban por un gran momento, habían encontrado su mejor sonido y todo era sólo felicidad. Los York’s fueron un conjunto sui generis, su público: fiel, fanático, y entre ellos, hubo una relación especial y poderosa. Los fans no sólo asistían a escuchar la música o a disfrutar del espectáculo, la mayoría de ellos iba porque en los miembros del grupo reconocían rostros familiares, como los de la gente de su barrio, y hasta es muy posible, como los de aquellos alegres compañeros de su lejana y querida escuelita fiscal (7).


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(1) Cohn, Nik (1973) Awopbopaloobop Alopbamboom, Nostromo, Madrid, España.
(2) En jerga criolla: pichicata = opio, droga, que se vendía en la calle Capón y alrededores; pichicatear = alterar, modificar, acondicionar, adaptar.
(3) No publicados en Perú, con excepción de The Seeds, The Animals, The Dave Clark Five y, que se recuerde, algún 45 rpm de Yardbirds, otro de Zombies y pocos más.
(4) Guillermo Llerena Godoy administraba aquel local y escribió la letra de “Vete al Infierno”.
(5) Ruiz F., E. Antonio (1982) Las Matinales de los 60s, manuscrito no publicado, Miraflores, Lima.
(6) La “enfermedad” no fue un nuevo ritmo. Como un fácil recurso comercial, las disqueras lo incluyeron en la etiqueta de los discos en la ubicación usual del ritmo de la canción: tango, valse, fox trot; o Go-Gó, que tampoco, éste último, existió como nuevo ritmo.
(7) Las Escuelas Fiscales, las Escuelas de 2° Grado y las Grandes Unidades Escolares eran verdaderos centros de encuentro multicultural.

miércoles, 19 de mayo de 2010

La partida de un gran cantor

Homenaje a Raúl Pereira*

La primera vez ke kedé realmente anonadado por la destreza musikal de EL POLEN y por la magna voz de RAUL PEREYRA fue eskuchando una inkreíble kanción, letra de doña doris moromisato: a diferencia de los otros! del disko signos. si bien siempre dichosa agrupación merodeo su nombre por diferentes edades y konstelaciones de la escena musikal lokal y a pesar de ke el mismísmo AVION raúl garcia, fuese pues tan cerkano a dicho grupo no fue sino hasta encerrarme y eskuchar el disko SIGNOS ke pude acerkarme realmente a esta banda y decir kon toda konvikción y no porke se haya ido mi tío don RAUL PEREYRA para mi hace años la mejor voz de la músika lokal y no porke fuese pues un superdotado barítono mezo soprano amikexuxa registro vokal ke haya tenido, sino porke al eskucharlo se siente en su voz la profundidad de lo ke dice, nos hace viajar por akellos parajes ke muchos de nosotros hacemos distantes, ajenos y deskonocidos y en kompañia de esta agrupación musikalmente impresionante nos la pone al alkance de todos.
Kizás al eskuchar EL POLEN uno pudiese imaginarse a un gigantezko personaje korpulento y agarrado, pero no, los hermanos pereyra son pues todo lo kontrario, komo se dice kallejeramente, de frasko pekeño, menudo, pelukón, jipezko. más interés pude también agarrarle a este grupazo kuando supe ke la musikalización de la espektakular pelíkula CHOLO era también de EL POLEN, así komo gregorio si no me ekivoko, desde ya me da pika komo mierda haberme perdido esos klásikos konciertos de EL POLEN vs DEL PUEBLO otro grupazo ke fusiona nuestra músika andina kon el rock, la urbe, lo aktual. es así ke seguimos esta konstrukción inútil de mitos ke se arriman a esa especie de olvido prekoz, esa falta de rekonocimiento y memoria kapaz de abandonar todo lo valioso y dejarlo a su suerte, es así komo don RAUL PEREYRA terminó sus días a merced de sus males y el olvido general ingrato de su gente, rekuerdo ke lo vi hace pokitísimo en la bodega de don pedrito, me kagaba de ganas de ir a saludarlo, pero para variar la prisa me llevaba hacia donde sea, al menos en mi keda la kalma de saber ke deskansa en paz y ke yo seguiré desde mi trinchera haciéndolo eskuchar! tuve la suerte de diseñar el afiche ke akí enseño, precisamente ese koncierto fue uno de akellos ke se hizo en pro de la salud de don raúl, tuve la suerte de estudiar los karteles antiguos de la banda y kontar kon este bello dibujo de rosamar korkuera, el dibujo original es la tercera parte del afiche, por lo kual siguiendo la tradición de los diseños de la banda, opté por duplikar hacia ambos lados de tal manera ke una vez en la kalle se pudiera konseguir el efekto visual de la multiplikación de los marzianos, así es ke vemos en 2 karteles juntos 3 personajes enteros y 2 listos pa kompletar más! seguramente seguiremos tratando de emular a RAUL pero dichosa voz permanecerá eternamente komo una de las más grandes del PERU! gracias.

*Por: Cherman
http://lamula.pe/2010/05/19/homenaje-a-raul-pereyra/40

sábado, 24 de abril de 2010

Danai: Tirando la puerta...

En sus inicios, a Danai se le puede encontrar entre el selecto grupo de talentosos jóvenes del conservatorio con los que en 1974, Celso Garrido Lecca formo Tiempo Nuevo, grupo inscrito en la corriente de la Nueva Canción Latinoamericana que estuvo vigente allá por los 70s. Los integrantes iniciales del grupo fueron: Aurora Mendieta, Martina Portocarrero, Aída García Naranjo, Danai Ramirez, Alberto Chávez, Marco Iriarte, Dante Piaggio y César Vivanco. El grupo tuvo una destacada trayectoria en nuestro medio y, después de una exitosa gira en el exterior y la grabación de un disco (1975), Tiempo Nuevo se desintegró.

En 1883, Danai junto a Alberto “Chino” Chávez deciden fundar TV Color convocando a Manuel Miranda, Alberto Chong, Ernesto Samamé y Augusto Castro. El grupo de fusión TV Color que tuvo, una corta y meteórica pero exitosa carrera, sólo nos dejó casi una treintena de presentaciones para el recuerdo y un 45 rpm con los temas “Bajo Control” y “Crecer”.

Luego de la desintegración de TV Color a mediados de los ochentas Danai decide cantar sus composiciones con una banda propia, la que consigue formar con sus excompañeros de TV Color, Alberto Chong, teclados y Ernesto Samamé, guitarras; a los que se integran Eduardo Freire, bajo y Alex Sarrin, batería. Danai, chilena de nacimiento, empezó a enraizarse en estas tierras desde su llegada a principios de los setenta; cuando ella decidió iniciar su proyecto solista ya se encontraba totalmente incorporada al circuito musical de nuestro medio.

Izq.: Sobre del 45 rpm. "Heavy Rats", Der.: Foto del reverso del sobre.

En julio de 1986 graba el sencillo que contenía “Heavy Rats” (Alberto Chávez-Rafael León) en el lado A y “Ven a sentir el rocanrol” (Danai). El tema “Heavy Rats” tiene mediana aceptación en las radios y para febrero de 1987 graba “Maquillaje Sensual”, el súper 45 rpm con 4 temas: “Maquillaje Sensual” (Eduardo Freire), “Confesiones” (Alberto Chávez), “Inmovilizado x Infractor” (Eduardo Freire-Danai); en los que intervienen además de Chong, Freire y Samamé; Armando Patroni en la batería y Doble A en la primera guitarra. El cuarto tema es “De tan lejos” (Doble A-Danai) en el que participan Alberto Chong y Alo Ugarriza.

En noviembre de 1988 graba el LP “Ídolos” que contiene en el lado A: “Ídolos” (E. Freire-Danai), “Tirando la Puerta” (E. Samamé-Danai), “Extraña Sensación de Amor” (Julio Andrade) y “Sin Mirar” (E. Samamé-Danai). En el lado B: “Dos A. M.” (J. Andrade-Danai), “Detengamos un minuto” (C. Kakutani-Danai), ”Represión Criminal” (Carlos Kakutani) y “Nuestra Banda” (J. Andrade-Danai). La banda, en esta ocasión, estuvo conformada por: Alberto Chong, teclados, coros; Eduardo Freire, bajo, coros; Carlos Kakutani, guitarra y, Armando Patroni, batería. En el tema “Tirando la puerta” participa como músico invitado Carlos Espinoza en el saxo. El disco se grabó y mezcló en los estudios Amigos; el técnico de grabación fue Saúl Cornejo y los responsables de la mezcla Saúl Cornejo y Ayo Rivasplata.

Izq.: Portada de "Maquillaje Sensual", Der.: cover del LP "Ídolos".


Los tres discos de Danai fueron producidos por Danai y Ayo Rivasplata para Elepe Producciones y distribuidos por Discos Hispanos del Perú bajo la etiqueta EMI. Aunque “Pateando Latas” nunca fue el nombre oficial del grupo (no figura así en ningún disco), una vez un disc-jockey los presentó así, y así quedó para el público, que considera y recuerda a Danai y al grupo que la acompañó como uno de los actos máximos del rock de los 80s.

Danai partió de este mundo llevándose la admiración y el cariño de su público pero dejándonos el legado de su música y el recuerdo de su extraordinaria personalidad sobre el escenario.

viernes, 23 de abril de 2010

La Guitarra del Rock & Roll - I

1. TRADICIÓN
La guitarra, desde su llegada de Europa en sus formas primarias como la vihuela, la bandurria y el laúd; tuvieron gran acogida, tal vez por su portabilidad o quizá por que vinieron acompañando a dos tradiciones ancestrales europeas: La serenata y la estudiantina. A lo largo de los siglos XVIII y XIX se produce un proceso de enraizamiento del instrumento especialmente en los sectores populares y para inicios del siglo XX, ya en su forma actual, aumenta su difusión y popularidad ante el auge de los aires locales, en especial, del vals limeño. Luego de “resistir” la invasión de música extranjera, “sufrió” la influencia del vals argentino (1) y el bolero mexicano que sirvieron para definir y cimentar diferentes estilos.
Criollos de antaño han contado que cada barrio de Lima tenía su forma propia de tocar y acompañar con la guitarra pues los cantores tenían también su estilo de cantar, distintivo de cada barrio (2). Para mediados de la década de los 50, llamada “década de oro de la música criolla”, nuestra tradición guitarrística ya era tan extensa como rica y no era raro que en cada familia, el padre, un tío, el abuelo o cualquier otro pariente cercano; supiera pulsar con suficiente maestría y chispa, el querido “palo trinador”.

1. LOS PANCHOS: Junto a otros tríos boleristas centroamericanos fueron influencia (3) en el continente entre las décadas 40 y 50. 2. LOS MOROCHUCOS: Alejandro Cortéz, Oscar Avilés y Tito Ego Aguirre; cultores de toda una tradición. 3. LES PAUL Y MARY FORD con su revolucionaria “guitarra parlante” (1930). Les Paul inventó la guitarra de cuerpo sólido.

2. REVOLUCIÓN
Por poco más de tres décadas que la radio había estado emitiendo, como música norteamericana o “moderna”, el jazz de las Big Bands, las canciones de los “croorners” y los ritmos de baile como el fox-trot, swing, shimmy, one-step, charleston… del cine musical; cuando llego el rock and roll, para romper todos los cánones de éstos géneros. Por eso, resulta natural y explicable, confirmando “que la música creada es producto de la música escuchada” que en los primeros intentos de los músicos profesionales locales, con más tendencia al jazz que al rock and roll, se notara la preponderancia del saxofón sobre la guitarra eléctrica, la cual, evidenciaba todavía una técnica incipiente.
David Fricke considera a T-Bone Walker como el inventor del solo de guitarra tal como lo conocemos ahora, “él figura como el tipo que encontró la forma de hacer llorar y gemir a la guitarra eléctrica” (4). En nuestro medio después de “Rock around the clock”, con el correr del tiempo, se pudo saber que no todo se limitaba a lo que podía hacer Bill Halley y aunque en las radios no se difundiera, por ejemplo, el original “Shake, rattle and roll” de Joe Turner los aprendices limeños tuvieron muchos modelos que guiaran su afición por la guitarra. Definitivamente, el incremento de la afición por la guitarra en los jóvenes tiene dos etapas o hitos: la llegada del rock&roll y la aparición de los Beatles. ¿Pero qué guitarristas se escucharon en ese intervalo, en la radio de entonces, que les sirvieran de inspiración e incentivaran su afición? Reiterando que hasta ese momento el ser músico era un asunto de adultos, y que las artes y oficios generalmente se habían transmitido “de padres a hijos”. El camino sería, como vamos a ver, largo y difícil.

3. ROCANROLEROS DE LOS 50´s
Pero el rock&roll era excitante, había conquistado a muchos y despertado, no en pocos, las ansias de tocarlo, de experimentarlo, de vivirlo. Si se quería aprender a tocarlo, había pues, que poner “dedos a la obra”. En primer lugar, los modelos más directos que tuvieron los fans para aprenderlo fueron los mismos rocanroleros de los 50s que tocaron el instrumento y que fueron los que crearon y establecieron los fundamentos de la guitarra para rock&roll:

4. CHUCK BERRY (“Maybellene”, “Roll Over Beethoven”, “Johnny B. Goode”); 5. BO DIDDLEY (“Who Do You Love”, “Crackin Up”, “Mona”, “I’m a Man”); 6. EDDIE COCHRAN (“Summertime Blues”, “C’mon Everybody”, “Somethin’ Else”); 7. BUDDY HOLLY (“That’ll Be The Day”, “Maybe Baby”, “Peggy Sue”, “Think It Over”).

Como siempre, después de aprender los acordes básicos, cada canción era escuchada con atención y analizada minuciosamente, y sólo después de hecho eso, el aprendiz intentaba extraer cada acorde, cada nota hasta “sacar” finalmente la canción. El segundo paso para el autodidacta fue —y siempre lo será— una práctica intensiva con la persistencia de un atleta, hasta lograr una interpretación fluida y natural. Las ampollas en esta etapa fueron el alto precio a pagar, los callos; signo de algún progreso. Es claro, que algunos tuvieron la posibilidad de recibir clases particulares en casa, otros; de ser encaminados en su inicios por los profesores del club de guitarra o la estudiantina en los colegios.

4. GUITARRISTAS DE LOS 50´s
El segundo grupo de ejemplos para los fanáticos del nuevo ritmo lo constituyeron los músicos de sesión, guitarristas que trabajaban en las compañías de discos o que fueron elegidos especialmente para acompañar a algunos de los principales rocanroleros de los 50s, estos, pronto se convirtieron en paradigmas para los fans en su proceso de aprendizaje. Junto a ellos, guitarristas como Cliff Gallup (de los Blue Caps) y Duane Eddy (guitarra solista), contribuyeron con sus aportes técnicos a configurar y consolidar el estilo del rock&roll:

8. CARL PERKINS (“Blue Suede Shoes”, “Matchbox”); 9. SCOTTY MOORE (Elvis Presley) “That’s All Right”, “Good Rockin’ Tonight”, “Hound Dog”, “Too Much”; 10. JAMES BURTON (Ricky Nelson) “Susie Q”, “Hello Mary Lou”; 11. CLIFF GALLUP (Gene Vincent & Blue Caps) “Be-Bop-A-Lula”, ”Lotta Lovin’”, “You Better Believe”, “Double Talkin’”.

Fue evidente que no todos los dueños de las emisoras y los discjockey eran adeptos al rock&roll. De hecho, para algunas radios Chuck Berry sólo había grabado “Johnny B. Goode” y Little Richard, sólo “Good Golly Miss Molly”, por lo que, la posibilidad de escuchar con amplitud a los “grandes” fue limitada. Pese a eso, la afición seguía creciendo rápidamente, se percibía en los colegios, por las calles se escuchaban ya algunos ensayos. Tengo para mi, que sólo Sergio Vergara de Radio Victoria —en sus “Sesiones de Rock and Roll”— difundió la más amplia variedad de grabaciones e interpretes de rock&roll. Entre los clubs de fans formados por los oyentes que asistían a las sesiones: Elvis Presley fan club, Ricky Nelson fan club… hasta Fats Domino tenía su fan club.
El rock&roll primitivo o clásico pasaría pronto a practicarse, sólo por los primeros conjuntos de aficionados, en círculos pequeños como algunos clubs de fans (antes lo hicieron así los aficionados al jazz) debido al conservadurismo de las familias limeñas de la época y ante la mala fama que la prensa tradicional imputó a los rocanroleros (entre 1957-59).

Este punto es el preciso para destacar la importancia de The Fireballs, grupo instrumental de fines de los 50s —tuvo poca difusión el Lima— que se caracterizó por el distinguido trabajo de George Tomsco en la guitarra, con temas como “Turkey” y “Bulldog”. Este grupo fue pionero en la configuración –guitarra-guitarra rítmica-bajo-batería- que cimentó el camino para The Ventures, The Shadows, y la escena de música surf.

Ser o parecer, esa es la cuestión


Dejar volar la imaginación es un ejercicio tan común entre los mortales ya sea uno que se dedique a una disciplina creativa u otro, que se ocupe de las simples labores cotidianas. En cualquier caso, la información que tenemos a la mano se convierte en el vehículo que normalmente usamos; la calidad y el grado de impresión causada por dicha información, determina la potencia del combustible asignado y ¡zas! emprendemos nuestro viaje.
Después de haber conocido a Marlon Brando y James Dean a través del cine, en la segunda mitad de los 50 aparecieron, como extrañas criaturas transplantadas de otro planeta, pandillas de rocanroleros: Los teddy boys criollos en las calles de Lima ¿Vivían nuestros “rebeldes” la misma situación socioeconómica que sus pares americanos o ingleses?
“Básicamente todo se redujo al hecho de que [al inicio de los cincuenta] al haber un mayor nivel de empleo, los teenagers tenían dinero para gastar. Si eran blancos, aunque procediesen de los peores suburbios, ya nunca pasarían hambre. Por el contrario iban a encontrar empleos estables y ganar dinero. Incluso tendrían tiempo para gastarlo. Desde hace treinta años, tanto en Inglaterra como en América, la mayoría de chicos de la clase obrera salían de los colegios con un sentimiento de frustración muy definido; podían engullirse en un mal trabajo, salir del país a ganar guerras o terminar en las colas del subsidio por desempleo” (1).

Recuerdo que las revistas Para ti (argentina) y Ecran (chilena), que circulaban por aquí en los primeros años 60’s, publicaron sendos artículos (al parecer de la misma fuente) sobre los mods y los rockers; poco después todo el mundo trataba de conseguir una receta médica clandestina para lograr que en la farmacia les vendan algún tipo de anfetaminas; o peine en mano; buscaba un espejo para acicalarse maniáticamente.

En 1966 se difundieron las primeras fotos de Mamas & The Papas, pero sólo fue, poco después que la radio popularizara Monday, Monday y California Dreamin’, que Lima se vio progresivamente invadida por chicos y chicas con túnicas y camisas floreadas luciendo collares de semillas. No interesaba el origen ni la filosofía de ningún movimiento, sólo parecer uno de ellos. Ser un hippie criollo (2).

Con respecto a las drogas, la información se infló y deformó convirtiéndola en un verdadero combustible. Los medios, dejando de lado o minimizando la información, que debió ser clara y completa, sobre los experimentos con psicodrogas de los Drs. Timothy Leary y Ken Kesey, lo resumieron todo en algo así como: “Los grupos de rock de moda en San Francisco tocan drogados bajo luces de colores para chicos y chicas, que en pleno trance, bailan bajo los efectos de algún alucinógeno…”, y casi como que resaltaban, “…para los jóvenes de hoy, sin drogas no hay diversión…”. Es decir, después de eso… ya podemos alucinar qué pasó.

Pero para hablar de la psicodelia criolla, nos tenemos que olvidar del Haight Ashbury, el Fillmore, Pink Floyd o el club U.F.O., pues, parafraseando el verso de aquel vals se podría decir que “toda comparación es una ofensa”. La expansión de la mente se practicó aquí mucho antes de que se expandiera el uso de las drogas, lo que mínimo, nos debió hacer merecedores de algo así como el Novel de Química como veremos (y no sólo porque aquí se descubrió cómo seguir sobreviviendo sin trabajo y sin tener, siquiera, qué comer).

Para muchos, la experiencia psicodélica en primera instancia (no necesariamente implicó el uso de drogas) fue sólo sumergirse en la música y dejarse llevar por las corrientes de ésta hasta el clímax; para otros, o dicho de otro modo; dejar que la música penetre todo su ser y entregarse totalmente a su deleite, hasta que ésta le permita crear en su mente tal nivel de goce, que lo conduzca inevitablemente al éxtasis. Un intento de evocar, de representar la experiencia psicodélica con sustancias psicotrópicas.
“…La familia Ravines en pleno está almorzando como de costumbre. El televisor encendido con el volumen bajo y es la hora del show de Elena Cortéz pero eso, aparentemente, a nadie parece importarle.
—¡Ahí están!, todos se vuelven ante la voz de la hija menor que corre a levantar el volumen; en escena Los York’s con el “sacalagua” Pablo Luna en primer plano, que se desplaza como loco de un lado a otro como quien quiere aventarse desde de la pantalla; grita, salta… chilla y se tira al piso… se revuelca y gime…jadea…
—¡Ese está pichicateado!, sentencia el padre y todo el mundo se mira sin entender nada.
—Que seguro que se ha metido su droga ¿no ves?, traduce el hermano mayor y el que, al parecer tiene ‘más calle’ que todos los presentes.
—Hay, pero eso qué importa, ¡él se pasa!… canta 'neto' y a mi me gusta, suspira, la doncella.
—¡Cómo te va a gustar ese adefesio! Grita indignada la abuela, ¿no ves que ese es un enfermo? Desde que está parando con esas amigas de la vuelta esta chica está media rara, ¡ya vas a ver!... agregó amenazante, mientras que en la pantalla:
—¡Abraza!, abrázame baby… ¡abraza!, abrázame a mi... se aleja la voz del infectante…”
(3).

Pablo Luna, vocalista de Los York's (1967)

Después vino la marihuana, pero antes de la popularización de ésta, se pudo ver en las primeras fiestas de los conjuntos de música chicha, a parejas de bailarines que durante el solo de guitarra entraban en trance, como idos, hipnotizados. En los grupos pioneros militaban excelentes ex guitarristas de rock. Estoy seguro que durante una de esas sesiones, en ese ambiente, en ese clima frenético creado por los 'punteos' del guitarrista, fue en el que se inventó la famosa coreografía achorada del “corte de venas”. Más tarde, cuando se apropiaron de los efectos de guitarra y las luces de la “música loca” la excitación llegó hasta límites del desenfreno. He allí, quizá, la causa principal de la gran convocatoria de este género.

Centrándonos ahora en el rock, si se hace una revisión de la música, o a una parte de ella; la hecha por Los Shain´s (última época), Los York´s, Laghonia, Traffic Sound, Telegraph Ave., El Álamo y El Polen, puede uno llegar a la feliz constatación que la psicodelia de los grupos locales no fue una copia tercermundista de la música creada, digamos, por Jefferson Airplane, Grateful Dead o Pink Floyd, como ocurrió en otros países de Latinoamérica e incluso de Europa. Resulta, que cuando todos los grupos de una zona o región toman como referencia, a seguir a uno o a unos pocos grupos líderes de determinado género, terminan todos siendo una subcopia y pareciéndose unos a otros. Sucede a menudo en el heavy metal de todas partes.
En conjunto, los grupos locales antes mencionados, presentaron un abanico de múltiples propuestas claramente diferenciadas que incluyeron una variedad de ingredientes, influencias y referencias tan rica como importante, que hizo la música de cada uno de ellos: singular, original. En los casos de Laghonia, Telegraph Ave., El Álamo y El Polen; la música registrada en los discos no llega a reflejar la atmósfera que éstos lograban crear en sus presentaciones; principal causa del éxito y gran arrastre que tuvieron (4).

Para terminar y sólo como dato anecdótico, se consignará que además del ácido, que finalmente llegó, hubo quienes experimentaron con Ayahuasca, San Pedro, Floripondio y demás yerbas que junto a otros mejunjes caseros o preparados por chamanes, yerberos y charlatanes como el aguardiente Volcánico de las Huaringas, la chicha Grado Ocho de Chiclayo y el jarabe Saca Diablo de Cachiche, que se ofrecían top-caleta en los mercados de los distritos y los mercados Central y Mayorista. Como se puede ver, una época en que la curiosidad no tenía límites. Pero en la cual, lastimosamente, se quemó valiosas neuronas y muchas veces como en el final de la fábula, “la curiosidad mató al gato”.

(1) Cohn, Nik (1973) Awopbopaloobop Alopbamboom, Nostromo, Madrid, España
(2) Fueron pocos, pero hubieron también, quienes siguieron el espíritu original.
(3) Ruiz F., E. Antonio (1991) La Enfermedad, manuscrito no publicado, San Miguel, Lima.
(4) “Estos ojos [y oídos] que algún día se comerán los gusanos” —como decía Eudocio Carrera Vergara— han atestiguado también, incontables e increíbles jams, que por la combinación de músicos y la música producida en ellos, resulta difícil intentar describirlos.

lunes, 5 de abril de 2010

¿Qué celebramos hoy?

El día del huequito... del disco.

Existe una tendencia, un afán que ya se ha convertido en un hobby muy popular consistente en atribuir la autoría de determinada acción u obra a algún personaje o; señalar una fecha como conmemorativa de tal o cual acontecimiento, invitando a celebrar con inusitado entusiasmo dicho acto, la mayoría de veces sin importancia. El asunto es celebrar.
Eso no es nada original. Como se sabe, la costumbre no es nueva. En un pasado no muy lejano no solamente se celebraba el nacimiento de un nuevo hijo, el bautismo de un “ahijado” o el matrimonio de una hija, hechos de real importancia, sino que se buscaba causas o justificaciones de lo más increíbles sólo para celebrar: la compra de algún mueble, la inauguración de una ventana o el estreno de un tocadiscos o de una cortina; todo constituía un motivo digno de celebrar, con jarana de rompe y rasga. El trabajador del pueblo (obrero) si conquistaba una “germita” tomaba —ahora hasta los empleados de cuello y corbata lo hacen— y si ella lo dejaba por un “blanquiñoso”, tomaba igual. En ambos casos terminaba en la cantina “celebrando” con unos tragos. Siempre nos ha gustado celebrar, pues.

Hoy, es común encontrar en algunos medios grandes espacios dedicados a conmemorar, por ejemplo, los 69 años de algún músico generalmente inglés o americano; o la fecha de edición de un disco considerado como clásico por la “crítica especializada” (de la cual, se supone, forman parte los que manejan dichos espacios) pero veamos ¿es realmente más importante el cumpleaños que la misma música, que hay que celebrarlo? En todo caso, allí tenemos a nuestros músicos de rock sesenteros (y sexagenarios), y también de otros géneros que hoy están marginados de esos espacios, personajes que serian una fuente de riquísimo material, eso, si el problema es, la escasez de temas para cumplir con la nota comprometida. A compositores, intérpretes, instrumentistas y cantantes locales no se les expone en esa misma dimensión (¡también tienen cumpleaños!). ¿Acaso por no tener pinta anglosajona, resultan impresentables para “su” público? o ¿Hay que esperar que mueran para que su inclusión esté justificada?

Desde los años 60, ha sido continuo el reclamo por el respeto y el reconocimiento de las principales figuras del arte popular. En esa década y en las siguientes una a una fueron partiendo, por ejemplo, muchas viejas glorias de nuestra canción y sólo quedaba como consuelo de tontos, a fin de cada año, hacer un recuento de “los que nos dejaron”. Han pasado muchos gobiernos, directores de medios y periodistas y todo sigue igual. La esperanza de una revolución en el pensamiento que acarrearía el cambio generacional nunca se concretó, al contrario, se dieron muchos casos, en un triste espectáculo, del evidente ablandamiento de la rebeldía juvenil ante las tentaciones del sistema: “los revolucionarios de ayer son los burgueses de hoy”.
Y es que muchas veces, algunas labores, cuando son permanentes, se tornan en esquemas, clisés; patrones que incluyen por supuesto hasta defectos que luego heredamos. Por ejemplo, las páginas deportivas y de espectáculos de los diarios de hoy se escriben exactamente igual que hace cincuenta años (el mismo enfoque, mismo tratamiento, mismo estilo, mismas palabras, mismos vicios.), aunque ahora se les pretenda dar un tufillo académico o elitista.

Pero el rock nació proletario y, como otras expresiones, pertenece al arte popular. Y así como no podemos negar ante nuestros ojos que en todas las ciudades existe un lado rico y un lado pobre, tampoco podemos ignorar que, en este valle del Señor, todavía existen quienes no han podido expulsar de sus genes el viejo y superado tema de “el arte culto y el arte popular”. Como se dijo al principio esto no tiene nada de original, hoy ya no se pregona pero, un poco más fino igual se hace, se invalidan ciertas expresiones populares: se margina, se ignora, se excluye, por lo tanto no existe (le hacen ¡Pof!). Siendo jóvenes, y pretendiendo ser modernos y diferentes, muchas veces algunos comunicadores y público se van exhibiendo anticuados, pareciéndose cada vez más a esos adultos que alguna vez criticaron.

La Guitarra del Rock & Roll - II


Después de la tragedia de febrero de 1959 y de otros sucesos que remecieron el mundo de la música pop y debilitaron el rock&roll clásico, lo que vendría en los próximos meses sería una avalancha de cantantes solistas, de tal magnitud, suficiente para sepultar al rock&roll. En nuestro medio se instaló la “nueva ola” pero, para entonces, las tiendas de instrumentos musicales habían visto incrementada la demanda de guitarras eléctricas y baterías.
Acorde con objetivo de esta nota se revisará ahora dos aspectos o influencias fundamentales en la formación de los primeros músicos locales de rock: el surf instrumental y la influencia de dos músicos a los que se ha destacado como “trovadores”.

5. SURF INSTRUMENTAL
En 1960 se movió un poco el ambiente con la novedad del Twist de Chubby Checker y se empezaron a formar los primeros conjuntos al estilo The Ventures. Los primeros años de la década del sesenta en la radio se caracterizaron por una calma musical donde convivieron: románticos baladistas, el twist, los grupos de chicas, la música instrumental, la música surf y los grupos vocales masculinos como los Four Seasons y los Beach Boys.
Entre 1960 y 1963 si se pretendía ser un guitarrista de rock se tenía que saber tocar por lo menos “Walk, Don’t Run”, “Apache” y algún otro instrumental vigente en esos días. Ante la ausencia de los “grandes” rocanroleros clásicos, los aficionados a la guitarra fijaron sus oídos y admiración en los conjuntos instrumentales y en sus temas:
A partir de su aparición, la precisión del trabajo en las guitarras de THE VENTURES fue la mayor influencia en muchos guitarristas —y de bateristas también— de rock. THE SHADOWS, Ingleses, con una guitarra Fender Stratocaster americana, un amplificador Vox británico con una unidad de reverbeo y eco, grabaron sus mayores hits “Apache” (1961); “Wonderful Land”; “FBI” y otros. THE CHANTAYS, autores de “Pipeline” (1962); THE MARKETTS, tuvieron temas como “Out of limits”, “Saturn”, “Vanishing point”; THE TORNADOES lanzaron “Telstar” (1962), “Bustin’ Surfboards”; THE SURFARIS: El tema “Wipe out” (1963), se considera el himno de la música surf.

12. T-BONE WALKER (Con “Mean Old World”, 1942, creó eun nuevo lenguaje musical); 13. MICKEY BAKER (músico de sesión, “Love is Strange”, “Money Honey”, “Shake, Rattle and Roll”); 14. DUANE EDDY (Instrumentales: “Ram Rod” “Rebel Rouser”, “Detour”, “Cannon Ball”; 15. DICK DALE (& HIS DEL-TONES “Let’s go trippin”, primer tema surf, 1961. Su técnica lo coloca como uno de los guitarristas más influyentes).

6. “TROVADORES” DE LOS 60’s
Trini López y Johnny Rivers quizá no figuren en muchas enciclopedias o historias del rock y sus discos no aparezcan entre los 100 mejores de todos los tiempos y eso debido a que en otras latitudes no tuvieron la misma importancia que sí tuvieron aquí. A pesar de que actuaban con un grupo de respaldo y que ellos no eran virtuosos instrumentistas, la influencia que tuvieron en la promoción y el incentivo de la afición por la guitarra en el periodo pre-Beatle fue incalculable. Se editaron sus discos, tuvieron gran difusión en la radio y sus singles se podían escuchar en las “radiolas” (rockolas) de todo Lima:
TRINI LÓPEZ. El renombre alcanzado por Trini López hizo que la "Gibson Guitar Corporation" diseñara, especialmente, dos modelos de guitarra para su uso personal. Un modelo de estilo propio del rock&roll pero con cuerpo semi-hueco, y otro con características más del tipo electrónico. También tuvieron gran éxito sus temas ”What I´d Say?” y “America”.
JOHNNY RIVERS. La imagen de Johnny Rivers con su famosa guitarra Gibson ES-335 roja, se convirtió para muchos en el prototipo ideal del rocker y los aficionados se aplicaron en interpretar alguno de sus éxitos: Memphis, Lawdy Miss Clawdy, Whisky 'A Go-Go, Medley: La Bamba, Twist And Shout, Maybelline, Josephine, Johnny B. Goode, Mountain Of Love, y otros.


En 1963, en la puerta de una casa, en la escalera de un edificio, en el muro de la esquina o en el parque de cualquier barrio de Lima; grupos de chicos se afanaban en “sacar” la introducción de “¿Qué dije?”, otros se alegraban porque “Si tuviera un martillo” cada vez “les salía” mejor y; la mayoría; se armaba de entusiasmo para emprender con su primera canción: “La Bamba”.


16. THE VENTURES: “Walk, Don’t Run” (1960), la quintaesencia del sonido de la Fender Jazzmaster. 17. TRINI LÓPEZ: Su primer álbum (1963) “en vivo” en el Club PJ incluía "Si tuviera un martillo" y el tradicional mexicano “La Bamba”. 18. JOHNNY RIVERS: Grabó “en vivo” varias sesiones del Whisky A Go-Go club con su famosa guitarra Gibson ES-335 roja. 19. AL CAIOLA: Respetado por quienes buscaron un toque de maestría y elegancia.*

Mucho tiempo ha pasado y muchas imágenes y sonidos han quedado grabados en nuestra memoria. Compartiré aquella que “…cuando estábamos sentados en el parque del barrio, concentrados en nuestra charla, repentinamente apareció aquel personaje, como los de los cuentos fantásticos, cargado de guitarras en espalda y hombros para ofrecernos el instrumento más deseado en esos días. Dejó escuchar unos arpegios desde la guitarra que tenía en brazos: —Seguro que quieren tocar eso que está de moda ¿no?... Beatles creo que se llaman… con esta tienen que aprender... todos están comprando esta”— nos dijo sin dejar de tocar aquello que nos sonaba paradisiaco y mostrándonos con insistencia la hermosa guitarra casi como cuando el torero invita al toro a embestirlo. Con la promesa que ahorraríamos nuestras propinas le rogamos que volviera en un par de semanas. Que fue, como en los cuentos, cuando nuestra fantasía se hizo realidad. ‘El guitarrero’ dejó recorrer las calles de Lima a principios de los 70s cuando los artesanos se industrializaron…” (5).

*AL CAIOLA. Es el nombre artístico del guitarrista Alexander Emil Caiola, (07.09.1920, Jersey City, Nueva Jersey, Estados Unidos). Como guitarrista ha incursionando en los estilos country, jazz, rock, western y música pop. Ha grabado más de 50 álbumes y ha trabajado a lado de personajes del calibre de Frank Sinatra, Percy Faith, Buddy Holly, Mitch Miller y Tony Bennett.

(1) Toledo, Gonzalo (1988) La Danza y la Canción Popular, Coleccionable, Empresa Editora El Comercio, Lima.
(2) Luyo Yaya, Jorge T. (2010) El "Golpe Abancay o Toque Victoriano” de la Guitarra Criolla, http://www.peruanosenusa.net/profiles/blogs/el-golpe-abancay-o-toque
(3) Jáuregui Coronado, Eloy (2000) Historia de la Música Peruana, Coleccionable, (1-2-3) Empresa Editora El Comercio, Lima.
(4) Fricke, David (2003) The 100 Greatest Guitarists of All Time, Rolling Stone, N° 931, Edición especial para coleccionistas, 18 de Sept, New York, U.SA.
(5) Ruiz F., E. Antonio (2001) Guitarras y Guitarreos, artículo, manuscrito no publicado, San Miguel, Lima.

martes, 16 de marzo de 2010

Confidente de Secundaria

Los colegios emblemáticos

Hace pocos días, al pasar por la venida La Marina vi lo bien que está quedando la gran unidad escolar Bartolomé Herrera uno de los llamados colegios emblemáticos, nuestro querido “Bartolo”. Hoy, deben ser muchas las personas que no tienen idea de lo que significaron las grandes unidades y del aporte del ilustre peruano, quien da nombre a este colegio de secundaria.
Aunque siempre sólo se ha destacado la envergadura de lo invertido en la construcción de estas unidades, el aspecto más importante del proyecto fue la conformación de su selecta plana docente. La mayoría catedráticos destacados, autores de textos reconocidos, una presentación impecable (todos vestían terno y corbata). Un detalle anecdótico a la hora que ingresaban los profesores al aula: los libros y registros de uso cotidiano estaban acompañados siempre por un diario que podía ser La Prensa, El Comercio o La Tribuna; de los cuales solían extraer un titular o noticia que tras un breve comentario, magistralmente, la convertían en introducción al tema de la clase.
Además de la calidad de la educación impartida, habría que destacar algunos detalles del aspecto organizativo de las Grandes Unidades como la existencia de la dirección general (a cargo de un Doctor en Educación)*, la dirección de estudios, la dirección de normas educativas, la regencia (oficina de los auxiliares), la enfermería, y los Dptos. de asistencia social y psicología; todos ahora inexistentes en los colegios estatales.
Pero dentro de los momentos vividos en el colegio como las horas de lectura en la amplia biblioteca del tercer piso, las prácticas en el laboratorio y el suculento desayuno escolar, hay tres momentos de los cuales guardo gratos recuerdos, quizá por que contenían esos ingredientes estimulantes como son los triunfos y la música: los festivales deportivos, los talleres o clubs de música y arte (dibujo, pintura y escultura) y; las actuaciones de los sábados.
El colegio poseía la mejor y banda de músicos de Lima y el equipo de futbol (el prof. Chapell, ex olímpico del 36, era el DT), se coronó campeón interescolar por aquellos años (61-65). Las actuaciones tenían su momento ameno con las presentaciones de la orquesta y de la estudiantina; además, la participación de los alumnos aficionados que guitarra en mano intentaban emular a Elvis Presley (El rock de la cárcel, Hermanita, Retórnese al remitente), Paul Anka (Diana, Muchacho solitario), Del Shannon (Fugitiva), Pat Bonne (Speedy Gonzales), Brian Hyland (Sellado con un beso), Dion (Rondando a Susana, El Vagabundo), Gene Pitney (Pueblo sin compasión), James Darren (Adiós mundo cruel) entre otros (en versiones en castellano), cuando de los Beatles aún no se escuchaba ni el nombre.

Foto: Archivo Histórico El Comercio
También en esas actuaciones se escucharon temas de los Teen Tops (La plaga, Popotitos, Confidente de secundaria) y; otros como “Hermosa Laura” y “Agujetas color rosa” de otros grupos también mexicanos; debutaron solistas como Rubén Tellería, Emilio Riega y Rafael Terry; grupos como los Maxim’s, los High life y, otros muy al estilo doo wop, sólo pocos meses antes de que se iniciara el reinado de las matinales. También pisaron esa misma tarima músicos debutantes que conformarían más adelante importantes grupos del rock local.
Pero esa afición al canto y a la música en general no fue obra de birlibirloque, no sólo tenia su origen a partir de la audiencia de los últimos hits difundidos por la radio, sino que era promovida y encausada por los profesores del curso de música (2) y de los distintos talleres de música (4). Pediré disculpas, si me equivoco u omito algún nombre: el prof. Antonio Lora además de enseñarnos el curso, era director del Coro de Lima (en conjunto con alumnas de la GUE Miguel Grau); el prof. Castro era el director de las bandas de guerra y música y tenía a cargo el taller de instrumentos de viento (bronces); el prof. Carlos Noya, conocido director de orquesta, dirigía el taller de instrumentos de viento (cañas), percusión y la orquesta del colegio; el prof. Rivera dirigía el taller de instrumentos de cuerda: violín, viola, violonchelo y contrabajo.
Aunque la mayoría de temas del repertorio de la orquesta eran de aires afro caribeños, pues en esos años estaba de moda la guaracha, el merengue y el cha-cha-cha; hubo ocasiones que interpretando el gusto del alumnado, se incorporaron piezas de twist y de la novísima cumbia colombiana (La pollera colorá). Algunos de los integrantes de la orquesta formaban parte a la vez, de la banda de música y muchos de ellos, al salir del colegio, se hicieron profesionales y llegaron a tocar en las grandes orquestas de Lima. Y se sabe, que algo muy parecido sucedió en cada una de las demás unidades.
¿Habrá hoy algún colegio secundario que tenga 6 profesores de música e instrumentos para ensayar? ¿Cuántos colegios estatales tienen estadio con cancha de grass natural con medidas oficiales y pista atlética? ¿Qué colegio, además de los profesores de Educación Física, tiene un profesor de atletismo (recordman panamericano), un olímpico como DT de fútbol y a unos jovencitos apellidados Challe o Miflin entre los alumnos que integran su equipo de futbol?
Una vez, un amigo, creyendo que yo exageraba me dijo entre molesto y medio en broma: “tu estas inventando ¡ese es un colegio de otro país!” Yo sólo le respondí, y lo repetiré ahora: “así era el 'Bartolo' de los 60, el que está en la avenida de La Marina”.
Ojala, que además de la remodelación-ampliación del local, que ciertamente dará la comodidad de unos ambientes adecuados, se pueda recuperar algo de ese espíritu, que guiaba la labor de los profesores en la formación de nuevos hombres, en el colegio de secundaria.

* En este caso, nuestro director fue el gran maestro Dr. Jorge Castro Harrison.